lunes, 22 de abril de 2013

Momento.

¿Qué ganas de envejecer? ¿Qué ganas de esperar que pase el tiempo? Si he encontrado tanto en este momento, tanto que no pensé que tuviera tanto sin saberlo. Justo en este momento nadie real puede llegar, no existen responsabilidades, no hay un ayer que recordar, ¿para qué?
Justo en este momento, un par de velas baratas cumplen la función de la luna, o incluso, hasta del sol. Justo en este momento no hay enfermedades, no hay frío, no tenemos calor, no tenemos sueño, parece eterno este momento. Está todo más que bien.
Y sí, también estás tú, cumpliendo tantas cosas a la vez. Tu respiración es como música, tu silueta es ese hermoso amanecer, que mientras te recorro con la vista, terminas en un anochecer después del ocaso más hermoso. Tu voz, oh tu voz... ¿Cómo describirla? ¿Cómo compararla? ¿Qué se le asimila? Sí, tu voz, dejémoslo simple y únicamente como ese milagro que surge con la mezcla de sueños e ilusiones que han recorrido lo más profundo de mi ser y lo han transformado en un simple sonido. Justo en este momento, mis únicas ataduras son mis manos, o tus brazos, o tus ojos que me miran. ¿Para qué moverme? Si ya lo físico está de más. Es enserio, no exagero. Este momento, este preciso momento es sencillo de explicar. No es más que tú y yo, ya el resto depende de nuestra imaginación. Ven... soñemos.

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