domingo, 24 de marzo de 2013

El tacto.


El tacto es mi sentido favorito, es entre todos los demás, aquel que me resume todos los sentidos.
Con mi tacto puedo llegar a sentirte, puedo saber exactamente lo que sientes sin necesidad de verte. Puedo saber con exactitud dónde y cómo te gusta que te toque, pues tu piel empieza a erizarse, delatando tus puntos débiles.
Con mi tacto puedo percibir cada gota de sudor que brota de tu piel, al sentir cada leve roce en el lugar preciso.
Con mi tacto puedo definir el lugar al que quieres que llegue, al sentir las palpitaciones de tu corazón acelerarse cada vez más y más mientras me acerco a ese preciso lugar en donde mi tacto debe estar.
Con mi tacto puedo sentir tu apretón de manos tratando de decirme que mi tacto no deje de existir en ti, y que logro volver en ti, la mujer más suertuda del mundo. 
Mi tacto también logra descifrar cuándo debe dormir en ti, al sentir cómo corre la sangre a un mismo lugar, y que cuando la cantidad de presión sanguínea sea la adecuada, podré hacerte llegar, a donde no importa nada más que el tacto, lo que sientes y lo que yo y mi tacto te hacemos sentir.

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